Un equipo de investigación español, gracias a la tecnología sísmica de reflexión 3D, ha logrado por primera vez cartografiar los elementos geomorfológicos de la cuenca de hace entre 5 y 6 millones de años. Las imágenes obtenidas demuestran que la superficie analizada se encuentra en la actualidad a 2,5 o 3 kilómetros de profundidad bajo el fondo marino.