Cuando una pareja se divorcia una de las mayores preocupaciones suele ser el bienestar de los hijos. De qué forma repercute este hecho en su salud es lo que han estudiado científicos de las universidades de Santiago de Compostela y Vigo. Sus resultados indican que con la ruptura de la relación crece el riesgo de que padezcan problemas genitourinarios, gastrointestinales, dermatológicos y neurológicos.