Tan solo quedan dos hembras de esta especie vivas, Najin y Fatu, madre e hija, que viven en la reserva de Ol Pejeta, en Kenia. Por esta razón, la única alternativa a la extinción de estos animales es lograr la reproducción asistida con las técnicas y métodos actuales.
Un nuevo estudio ha detectado infección por Mycobacterium bovis, una bacteria que causa la tuberculosis bovina, en rinocerontes africanos, protagonistas esta semana del #Cienciaalobestia. Para especies que se consideran amenazadas o en peligro de extinción, una enfermedad infecciosa y las medidas puestas en marcha para contenerla pueden obstaculizar significativamente los esfuerzos de conservación.
El genoma de las cinco especies de rinocerontes que aún viven en la actualidad y de tres extintas ha sido analizado y comparado para conocer el pasado de los ancestros de estos animales y su evolución. El equipo de científicos ha descubierto que su escasa diversidad genética actual era también común en los ejemplares antiguos.
De las dos subespecies de rinocerontes blancos que existen, la norteña es la más amenazada con solo dos hembras supervivientes. Un consorcio internacional de científicos está desarrollando técnicas de fertilización in vitro con la otra subespecie más abundante, la del sur, para asegurar el nacimiento de una cría norteña. Son protagonistas del #Cienciaalobestia.
Un estudio internacional señala por primera vez que las excavadoras de la deforestación, y las armas y las trampas de la caza furtiva afectan al 84 % de la superficie terrestre. El sudeste asiático, una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, es la zona con mayor número de especies perjudicadas. Leones africanos, elefantes y tigres son algunas de las especies en peligro de extinción que sufren mayor impacto.
Los restos de comida y el desgaste dental de un fósil de rinoceronte de más de 50.000 años, hallado en Rusia, desvelan que la especie se alimentaba de plantas arbustivas más que de pastos. Además, según el análisis genético, esta especie era evolutivamente más cercana al rinoceronte lanudo que a las especies actuales.
Los conflictos armados de Siria, Ucrania o la República Democrática del Congo, entre otros países, suman cada día cientos de pérdidas humanas de civiles. A ellos se unen los animales salvajes, que se convierten en víctimas silenciosas de unas guerras en las que no han elegido bando. El ibis eremita en Siria o el elefante africano, amenazado por el comercio del marfil, quizá sean las últimas especies que causen baja.
La caza furtiva de rinocerontes y elefantes ha crecido un 63% en los últimos diez años en el continente africano, donde entre 470.000 y 690.000 de estos mamíferos sufren una persecución constante, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Cuatro estudiantes de la Universidad Politécnica de Cataluña han diseñado y creado un dron para combatir esta actividad cinegética ilegal en los parques nacionales africanos.
Un equipo internacional de científicos, liderado por investigadores del CSIC, ha desarrollado un sistema para vigilar desde el aire la caza furtiva de los rinocerontes africanos. Se trata de un sistema de bajo coste con aviones no tripulados equipados con cámaras de foto y vídeo de alta resolución y visión nocturna.
La progresiva desaparición de grandes mamíferos dispersores de semillas, como elefantes y rinocerontes, pone en peligro la integridad estructural y la biodiversidad de las selvas tropicales del sureste asiático. Un equipo internacional de investigadores, con participación española, confirma que ni siquiera otros herbívoros como los tapires pueden sustituirlos.