Un estudio cualitativo a través de entrevistas y grupos de discusión intenta comprender por qué algunas personas recurren a la homeopatía, la acupuntura y el reiki. Sus usuarios no parecen renegar de la ciencia, pero sí consideran que la medicina se ha desligado del paciente. Los autores plantean la necesidad de “escuchar estas quejas para mejorar el sistema sanitario y hacer que menos gente dé el paso a pseudociencias peligrosas”.
Una controvertida columna en la prestigiosa revista científica Nature ha defendido el estudio de las terapias alternativas. Aun admitiendo que no funcionan como sus practicantes proclaman, su autora instaba a valorar los beneficios que aportan a través del efecto placebo. Recibió una gran cantidad de críticas, pero sus detractores coinciden en algo: deberían estudiarse los mecanismos por los que estas pseudoterapias fraudulentas logran ciertos resultados. Quizá la medicina podría aprovecharlos.