Cuando un teléfono deja de funcionar, la mayoría compramos uno nuevo. Pocos piensan que ese aparato podría ser reparado, reutilizado o incluso reciclado. Millones de dispositivos acaban acumulados en hogares o vertederos, convirtiéndose en una amenaza emergente para el medio ambiente y la salud.
El compostaje aprovecha los residuos orgánicos que se producen cada día para convertirlos en abono. Pero, aunque este proceso aporta numerosas ventajas ambientales, también se crean compuestos orgánicos volátiles que emiten una gran cantidad de olores ofensivos. Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un nuevo método para evaluar el impacto oloroso que supone el compostaje.
Un planeta sin plásticos es en la actualidad inimaginable. Estos polímeros, que empezaron a industrializarse de manera masiva en los años 50, están presentes en todos los ámbitos y su producción parece lejos de detenerse. Un equipo de EE UU ha calculado por primera vez la cantidad total de plásticos jamás fabricada: 8.300 millones de toneladas. De ellos, 6.300 millones de toneladas ya son residuos, y un 79% se acumula en vertederos y el medio ambiente.
Investigadores de la Universidad de Alicante han patentado un método que permite reciclar fibra de vidrio presente en embarcaciones, aerogenereadores y aviones fuera de uso para construir nuevos objetos. El proceso diseñado no es agresivo, se desarrolla a temperatura ambiente y consigue recuperar la totalidad del compuesto.
Durante la síntesis industrial del teflón, el popular antiadherente de las sartenes, se producen grandes cantidades de fluoroformo, un gas muy contaminante. Ahora, científicos del Instituto Catalán de Investigación Química, en Tarragona, han patentado un método para transformar este gas en productos orgánicos con átomos de flúor, los mismos que están en la estructura del famoso antidepresivo Prozac y varios antitumorales.
Los científicos saben que el proceso con el que la célula recicla sus componentes, la autofagia –protagonista del Nobel de Medicina 2016–, puede provocar la muerte celular. Una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto cómo, utilizando para ello el principal componente activo del cannabis, el THC. En estudios in vitro y en ratones los investigadores han comprobado el potencial de este cannabinoide a la hora activar la autofagia, lo que podría abrir la puerta a nuevas terapias.
Investigadoras de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un panel con residuos textiles que mejora las condiciones térmicas y acústicas de las edificaciones, a la vez que reduce el impacto energético asociado a la producción de materiales de construcción y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Vidrio fabricado con excrementos de ciervo, botellas vacías para no ahogarse en la piscina, plantillas de cáscara de naranja, escarabajos comedores de plástico y dispositivos que premian la entrega de colillas. Estas ideas no han salido de sesudos científicos, sino de los chavales que este mes han participado en Tenerife en la FIRST LEGO League, un encuentro donde niños y jóvenes de 40 países han demostrado su capacidad para dirigir robots de LEGO y proyectos científicos.
La población española depositó en los contenedores verdes 2.650 millones de envases de vidrio, lo que supone 30 millones más que en 2013. Esto eleva la cifra a un total de 694.325 toneladas. La recogida de este tipo de residuos se ha incrementado en un 2,3% en los últimos tres años, a pesar del descenso de consumo. Los datos los ha dado a conocer hoy en Madrid Ecovidrio, que gestiona estos residuos en España.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Oviedo han fabricado nuevos materiales compuestos a partir de residuos de plásticos agrarios e industriales. España es el país europeo que dedica una mayor superficie a invernaderos, donde se genera gran cantidad de estos residuos plásticos.