El 26 de abril de 1986 se produjo el accidente nuclear más grave de la historia, en el reactor 4 de la central nuclear de Chernóbil, cerca de Kiev (Ucrania). Veinticinco años después, el 11 de marzo de 2011 tuvo lugar la segunda catástrofe más importante de este tipo, esta vez en los reactores de Fukushima, en la costa noreste de Japón. En el fondo, lo que causó los dos accidentes fue lo mismo: las complicaciones derivadas de un corte de suministro eléctrico al reactor. Aunque las causas y la duración del corte fueron completamente distintas, al final, ambas condujeron a la fusión del núcleo del reactor.
Investigadores de la Universidad de Almería han aplicado un método innovador al tratamiento final de las aguas residuales urbanas. Se trata del uso de un tanque o reactor para mejorar la capacidad de eliminación de contaminantes, lo que permite trabajar con más volumen de agua, reducir costes y dañar menos el medio ambiente.
2000: cierra definitivamente la central nuclear de Chenóbil. / Wearbeard
Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han desarrollado nuevas herramientas e integración de códigos para controlar el plasma en reactores Tokamak. Este tipo de reactores de fusión nuclear es el que utiliza el proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor).
Investigadores de la Universidad de Córdoba han ideado un procedimiento para covertir plásticos industriales en hidrógeno y nanotubos de carbono. El uso de un reactor donde se mezcla plasma y CO2 está detrás del proceso.
Tres alumnos de la Universidad de Valladolid, Pablo Cabeza, Cristina Jiménez y Joao Paulo Silva, han desarrollado un prototipo de reactor que posibilita el tratamiento de residuos mediante un proceso inocuo para el medio ambiente, denominado Oxidación en Agua Supercrítica. Además de este importante procedimiento, el reactor es capaz de generar llamas hidrotermales, cuyo alto poder calorífico puede ser aprovechado energéticamente. El grupo de alumnos ha estado dirigido por María José Cocero, coordinadora del GIR de Procesos de Alta Presión de la Universidad de Valladolid, así como por una de las investigadoras principales del grupo, Dolores Bermejo.
Una investigación estadounidense con ratas revela que las células incorporan el plutonio de forma similar al hierro, que también interviene en el proceso. El estudio abre una nueva vía para tratar de minimizar los daños que este elemento metálico radiactivo ocasiona en el ser humano en desastres como el de Fukushima (Japón).
El desarrollo de nuevos catalizadores y reactores catalíticos ofrece grandes posibilidades para optimizar procesos industriales y proteger el medio ambiente: la fabricación de anhídrido maleico, y el tratamiento de emisiones gaseosas con metano (como los venteos de minas de carbón), o de residuos clorados (como residuos de tintorerías), son algunas aplicaciones sobre las que trabaja el grupo de investigación.