En un tarro encontrado en la tumba de Ptahmes, un alto funcionario que vivió en Egipto hace 3.200 años en la época del faraón Ramsés II, se han hallado restos de una masa blanquecina solidificada. Los científicos la han analizado y han descubierto que se trata de queso fabricado con leche de vaca y oveja o cabra. Además estaba contaminado con la bacteria de la brucelosis.
Investigadores de la Universidad de Salamanca han medido las propiedades antioxidantes del queso. Los científicos han aplicado una nueva técnica más rápida para analizar los antioxidantes de los quesos y los resultados indican que el tiempo de curación es uno de los factores más relevantes que influye en la presencia de sustancias antioxidantes en los quesos, al margen de que la leche sea de vaca, oveja o cabra.
Científicos del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación han añadido a la dieta de las ovejas una fuente de ácidos grasos poliinsaturados procedente de semilla de lino. El resultado es una leche y un queso con menos contenido en colesterol, un avance que demandan muchos consumidores.
Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han analizado el grado de coincidencia de la calidad del queso con denominación de origen Idiazabal con las preferencias que apuntan los consumidores, que a menudo prefieren los productos con los que están familiarizados. Los resultados se podrían aplicar en la valoración de otros alimentos.
Científicos del instituto IRTA han desarrollado un nuevo queso fresco con las virtudes del tradicional recuit de drap catalán. La novedad es que se conserva mucho más que los tres días tradicionales, lo que beneficia al consumidor y al sector restaurador.
Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han confirmado que la leche y el queso obtenidos durante la época de pastoreo de las ovejas presentan más cantidad de ciertos ácidos grasos buenos para el organismo. También han identificado algunos 'marcadores' que parecen indicar que el ganado ha comido hierba fresca.
Un nuevo método analiza de forma sencilla los elementos volátiles del queso de leche de oveja.
Todos los tipos de quesos están formados por unos elementos volátiles que, analizados, proporcionan información sobre su correcta o incorrecta composición. Sin embargo, su transformación espontánea en vapor dificulta la medición. Ahora, investigadores de la UNED han participado en el desarrollo de un nuevo método que analiza de forma rápida y sencilla estos elementos en el queso de leche de oveja.
En el proceso de fabricación del queso, cerca del 85% de la leche es desechada en forma de suero. Tradicionalmente, este se ha tratado como un residuo cuyo tratamiento supone costes adicionales ya que su vertido en grandes cantidades puede acarrear problemas medioambientales. No obstante, este líquido acumula el 20% de las proteínas de la leche y es rico en sales y lactosa, por lo que se ha empezado a plantear su valorización como subproducto en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaria.
Hace 100 años que Kikunae Ikeda descubrió las propiedades saborizantes del glutamato, un aminoácido no esencial usado tradicionalmente para mejorar el gusto de muchos alimentos fermentados o maduros, como los tomates maduros o el queso. Una nueva investigación muestra ahora que existe un receptor en la lengua que se activa exclusivamente con el glutamato.