La distribución de los fondos que la Unión Europea destina a conservación deja de lado buena parte de las especies amenazadas. El 75% de los fondos del programa LIFE-Nature de la UE se han destinado a especies no amenazadas y en regiones donde no existe riesgo. Este hecho podría llegar a limitar su capacidad para lograr los objetivos de conservación previstos, según un estudio español.