La disponibilidad de este recurso dista mucho de ser universal pero, hasta ahora, no se sabía exactamente cómo variaba geográficamente. Un nuevo estudio revela que solo una de cada tres personas en países de renta baja y media tiene un acceso seguro, y qué factores ambientales afectan a su gestión.
Un informe publicado por Naciones Unidas muestra que 733 millones de personas, equivalentes al 9,1 % de la población mundial, están afectadas. Aunque esta cifra se ha mantenido estable en los últimos tres años, sigue por encima de la registrada antes de la pandemia y representa un aumento de 152 millones desde 2019.
Un estudio, liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona, destaca la vulnerabilidad de los fetos y los niños que se exponen al frío y al calor. Los resultados apuntan la necesidad de proteger a las comunidades más susceptibles de los impactos del cambio climático.
Un estudio internacional, en el que participa el Instituto de Salud Global de Barcelona, muestra el potencial de las autopsias mínimamente invasivas para investigar las causas de los decesos en países con bajos recursos. En la mortalidad infantil incide una interacción de varios factores, donde la desnutrición tiene un rol destacado, subrayan los investigadores.
La terapia combina dos fármacos ya existentes en una única pastilla para cubrir las cinco especies de gusanos que causan infecciones, especialmente en niños de comunidades que sufren de pobreza estructural. El estudio, que cuenta con participación española, se lleva adelante a través del proyecto STOP2030, una colaboración público-privada entre instituciones europeas y africanas.
El estatus socioeconómico de las familias se ha asociado con el rendimiento de los niños en la escuela, incluso con la extensión de algunas zonas de sus cerebros. Hace unos años se diseñó un trabajo pionero para saber si aliviar la pobreza tiene un impacto directo y causal en su actividad cerebral. Los primeros datos publicados sugieren que sí.
Un nuevo estudio muestra un patrón en la distribución de fallecimientos en las urbes: los barrios más deprimidos sufren un exceso para la mayoría de las enfermedades, incluso en las que no están relacionadas entre sí, como cáncer de pulmón, cirrosis y sida. La clave está en la pobreza.
Una encuesta en 30.000 hogares de nueve países de África, Asia y América Latina pone de manifiesto la caída de ingresos y las dificultades para acceder a los alimentos que la crisis derivada de la covid-19 ha generado en las zonas más empobrecidas.
Un estudio del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria revela que los distritos de la ciudad de Barcelona con una media de ingresos más baja fueron los más afectados por la primera ola de la pandemia. El distrito con menos renta, el de Nou Barris, registró 2,5 veces más incidencia de casos que el de mayor renta, Sarrià-Sant Gervasi.
Un estudio dirigido por la University College de Londres muestra que la edad tiene efectos más negativos en las personas con orígenes socioeconómicos bajos. No solo sufren más enfermedades graves, también tienen situaciones físicas, emocionales y sociales más desfavorables.