La noche anterior a su extracción en un yacimiento de los Pirineos catalanes, los restos de Ogresuchus furatus fueron sustraídos y desaparecieron durante varias semanas. Una vez recuperados, su análisis ha revelado que se trata de una nueva especie de cocodrilo terrestre de tamaño relativamente pequeño que pudo alimentarse de crías de dinosaurio hace unos 71 millones de años.
A pesar de ser una de las aves europeas más amenazas, hasta ahora no existían datos sobre las poblaciones de los Pirineos concentradas entre España, Andorra y Francia. Un equipo del CSIC ha contabilizado por primera vez el número de estas aves, cuyo crecimiento poblacional ha sufrido un descenso en la última década, y lo cifra en un millar de ejemplares.
Este prehistoriador es un enamorado de su trabajo. “En cada uno de mis proyectos he puesto la vida entera, es mi forma de ser”, reconoce. Esto le ha llevado a catar la cerveza más antigua de Europa o a describir a las sociedades neolíticas más tempranas. Ahora inicia una campaña de micromecenazgo para poder completar sus trabajos de campo.
Los Pirineos son el límite térmico para muchas especies y se prevén cambios significativos con el aumento de la temperatura. Un equipo de científicos, que cuenta con la participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha estudiado cómo responde el clavel rastrero a los cambios de temperatura simulando el calentamiento durante tres años.
El informe del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático presentado hoy advierte de que la temperatura media en los Pirineos ha aumentado un 1,2 ºC, es decir un 30% más que la media mundial (0,85 ºC). Además, la mitad de los glaciares de los Pirineos ha desaparecido en los últimos 35 años y el espesor de la nieve en el Pirineo central podría reducirse hasta un 50% en los próximos 30 años.
En septiembre de 1730, la tierra se abrió en Timanfaya. La lava corrió durante seis años, sepultó nueve pueblos y modificó por completo la isla de Lanzarote. Los cambios atmosféricos que provocó hace siglos aquella erupción o la del Tambora, en Indonesia, que ocultó la luz solar durante meses, también dejaron su rastro en los bosques centenarios ibéricos.
Entre los años 1300 y 1850 se produjo la Pequeña Edad de Hielo en la península ibérica, un período frío que, sin embargo, fue muy variable, con multitud de episodios extremos que condicionaron la vida diaria de las sociedades de la época. Así lo recoge el mayor estudio climático sobre ese periodo centrado en diversas características de las montañas ibéricas, como el comportamiento de los glaciares, los sedimentos de los lagos y los anillos de los árboles.
Por primera vez se ha presentado el esqueleto de la rana pirenaica, una especie que ya había sido identificada con anterioridad, pero de la cual nunca se habían descrito de forma completa todas las partes de su estructura corporal. Se trata de una especie incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La cordillera de los Pirineos es el lugar de la península ibérica que alberga la mayor diversidad de especies de abejorros, unos polinizadores muy importantes. Un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid ha detectado el descenso de nueve especies y dos subespecies de estos insectos en la región pirenaica. La acción del hombre y los cambios ambientales están detrás de esta reducción, con consecuencias ecológicas y económicas.
En los últimos 50 años, el límite superior del bosque en los Pirineos catalanes ha avanzado una media de 40 metros gracias a la disminución de la presión ganadera. Así lo revela un nuevo estudio que también ha analizado cómo ha variado el avance del bosque en función del cambio climático. Contrariamente a lo que se ha creído hasta ahora, el aumento de las temperaturas desempeña un papel mucho menos importante.