Hace ya más de cinco décadas que un estudio en Science alertaba de la presencia de pequeñas bolitas de plástico desperdigadas por aguas marinas. Igual que en el vertido que ahora afecta al norte de España. Repasamos la contribución de la ciencia en la respuesta a la emergencia y este problema de fondo que impacta en los ecosistemas y en la salud humana.
El vertido de pélets en las costas de Galicia tendrá, sin duda, negras consecuencias sobre la industria pesquera española. Aunque se pueda argumentar que ese sector puede no verse afectado, parece seguro que sí perjudicará la economía de pescadores y mariscadores.
Varios estudios liderados por el grupo EOMAR de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han constatado, a través de muestreos realizados en varias islas, la presencia de vertidos de pellets desde hace años en el Archipiélago por la influencia de las corrientes marinas.
Voluntarios, asociaciones de ecologistas y los propios municipios afectados llevan días organizándose para limpiar las playas gallegas afectadas por el vertido de millones de pellets de plásticos, tras la pérdida de hasta seis contenedores por parte del buque Toconao en aguas portuguesas.
España produce anualmente más de 150.000 toneladas de pellets. Gran parte de este material procede de biomasa forestal residual, cuya cantidad disponible es de varios millones de toneladas al año si se considera el crecimiento de los bosques españoles. Miguel Ángel Abián, responsable del Dpto. de Tecnología y Biotecnología de la Madera del Instituto Tecnológico AIDIMA y premio Schweighofer 2009 en construcción con madera, habla en esta entrevista de la biomasa forestal y de otras cuestiones relacionadas con el sector de la madera y su futuro.
Una muestra de pellets, un tipo de biocombustible fabricado en el Centro de Desarrollo de Energías Renovables (CEDER), en Soria.