El nuevo informe del Instituto de Salud Carlos III revela que la enfermedad comienza a ralentizarse tras una transmisibilidad muy alta en esta temporada. Si continúa el descenso de casos, el uso de mascarilla podría flexibilizarse.
Varios estudios liderados por el grupo EOMAR de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han constatado, a través de muestreos realizados en varias islas, la presencia de vertidos de pellets desde hace años en el Archipiélago por la influencia de las corrientes marinas.
La mala conservación de los humedales ha llevado a que apenas queden 40 machos territoriales de esta especie en lugares tan amenazados como Doñana, las Tablas de Daimiel o los Aiguamolls de l’Empordá.