En mamíferos, el músculo cardíaco tiene una capacidad muy limitada para recuperarse tras un infarto. Sin embargo, otros vertebrados, como los peces cebra, protagonistas de #Cienciaalobestia, pueden reparar el daño cardíaco reemplazando las células afectadas por otras muy particulares. El hallazgo podría ayudar a iniciar un proceso de reparación similar en el corazón humano.
Imágenes de un corazón de pez cebra no lesionado (a, b) y uno herido en la punta (IA), (c, d,). / Marcos Sande-Melón
Aprender biología en el colegio con la ayuda de animales vivos aporta más beneficios de los que se cree. Un estudio demuestra que con la cría de peces cebra, protagonistas de #Cienciaalobestia y uno de los organismos modelo más frecuentes en los laboratorios, desde su estadio embrionario, los alumnos no solo aprenden mejor, sino que también muestran más actitudes positivas hacia las ciencias.
A medida que los mamíferos envejecemos, las células ciliadas –que se encuentran en el oído interno y que captan los estímulos auditivos y el sentido del equilibrio– mueren y no se regeneran, por eso la sordera es una enfermedad frecuente en personas de avanzada edad. Pero un equipo de científicos españoles ha descubierto que los peces cebra sí son capaces de regenerar estas células gracias al ácido retinoico, un ingrediente recurrente en cremas antienvejecimiento. El trabajo abre nuevas líneas de investigación en el tratamiento de la pérdida de oído en humanos.
Un estudio con peces analiza cómo afecta la obesidad a las principales rutas metabólicas del hígado y a su respuesta inmune. Los resultados del trabajo, que indican que un hígado graso no actúa igual ante una infección bacteriana que un hígado sano, podrían mostrar cómo la enfermedad del hígado graso se convierte en cáncer hepático.