Un trabajo publicado en la revista Science Advances concluye que los artículos de sociología, economía y psicología cuyos resultados no son replicables tienden a ser más citados. Sus autores teorizan que esto es debido a que son más atractivos, pero también a que las evidencias pioneras corren ese riesgo.
Sorprendente pero cierto. Hay 265 investigadores, entre ellos dos españoles, que generan más de 73 papers al año, según un análisis en Nature. ¿Lo logran estirando el concepto de autoría? ¿Merece alguien firmar por haber puesto recursos o solo por supervisar? Hay recomendaciones claras, pero muchos se las saltan. Para algunos, estos fenómenos alertan de injusticias en la atribución de méritos y de la perversión de un sistema de evaluación que otorga demasiado peso a las publicaciones.
Un equipo de la Universidad de Extremadura (UEX) acaba de confirmar en una investigación que publica la revista Scientometrics lo que para una parte de la comunidad científica era una evidencia: hay un desequilibrio exagerado entre la visibilidad de los científicos y las científicas. Sólo el 20% de los artículos estudiados tienen a mujeres como autoras principales, mientras que el porcentaje de hombres es del 50%. El porcentaje restante está ocupado por autores de otras universidades.