En noviembre de 1992, 1.700 científicos, incluidos varios premios Nobel, lanzaron una advertencia a la humanidad: las actividades antropogénicas perjudican seriamente al planeta. A pesar de las recomendaciones para proteger el medio ambiente, 25 años después, más de 15.000 científicos de 184 países hacen otro llamamiento porque las tendencias mundiales no han hecho más que empeorar, salvo en el caso de la capa de ozono.
Ingenieros de la Universidad Politécnica de Madrid y otros centros de investigación han detectado una disminución en los niveles de dióxido de nitrógeno en Madrid durante los últimos años, a la vez que un incremento significativo de oxidantes como el ozono y los radicales hidroxilo y nitrato. Este inesperado aumento de la capacidad oxidativa de la atmósfera urbana puede tener consecuencias, tanto negativas como positivas, en la calidad del aire y la salud ambiental de la ciudad, por lo que conviene investigarlo.
Un estudio internacional, liderado por la Universidad de Jaén, ha permitido el estudio mediante espectroscopía de microondas del perfil conformacional de las moléculas del óxido de limoneno, un compuesto terpénico de una alta flexibilidad estructural con un importante interés desde el punto de vista biológico y atmosférico.
Mediante técnicas de inteligencia artificial, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un método para saber con antelación cuando se van a superar en una ciudad los niveles permitidos de ozono troposférico, un gas nocivo para la salud humana. El modelo se ha aplicado con éxito al caso de Hong Kong, en China.
Desde 1995 se celebra cada 16 de septiembre el Día Internacional del Ozono. / Ilustración: Wearbeard
Según un nuevo estudio, la carga de la mortalidad cardiovascular y respiratoria del ozono podría ser mucho mayor de lo que previamente se había reconocido. La exposición a largo plazo al ozono aumenta el riesgo de morir por enfermedad pulmonar en un 12%, por enfermedad cardiovascular en un 3% y por otras causas en un 2%. Para los autores, los resultados dan una imagen más clara sobre los efectos dañinos de la contaminación del aire.
En los próximos años, numerosas misiones espaciales se han puesto como objetivo llegar a Marte. Una de ellas, MetNet, contempla instalar estaciones de observación en la superficie marciana y medir la radiación solar. Un equipo internacional de científicos, en el que participa la Universidad Complutense de Madrid, ha diseñado un modelo para calcular este tipo de radiación, un parámetro esencial en los futuros viajes tripulados al planeta rojo.
Un equipo internacional de científicos ha desarrollado un modelo atmosférico-químico en 3D que demuestra que el Protocolo de Montreal ha llegado a sus objetivos. Este tratado internacional, firmado en 1987 para disminuir el uso de compuestos químicos como los clorofluorocarbonos (CGC), ha evitado que el agujero de la capa de ozono aumente en un 40%.
La organización conservacionista Ecologistas en Acción ha presentado un informe en el que analiza datos referentes a 2014 sobre calidad del aire en la ciudad de Madrid, haciendo un balance comparativo de los primeros días de 2015. Las superaciones de dióxido de nitrógeno (NO2) rebasaron una vez más los máximos anuales permitidos por la normativa europea a lo largo de 2014.
Investigadores de la Universidad de Huelva han examinado por primera vez el comportamiento del ozono superficial de áreas urbanas, rurales e industriales de una zona tan amplia como Andalucía occidental. Los resultados revelan que este contaminante atmosférico se puede detectar lejos de su zona de emisión, y que presenta picos máximos en primavera y verano, entre otros datos recogidos sobre su dinámica y variación.