Por primera vez, se relaciona la disfunción de esta neurohormona con la agresividad en personas que padecen trastorno límite de la personalidad y trastornos de la conducta alimentaria. El estudio multicéntrico en el que participa la Universidad Complutense de Madrid amplía el conocimiento sobre la oxitocina como biomarcador de estos trastornos impulsivos-inestables.
La idea del amor y el placer como bálsamo para curar el corazón es algo más que una figura poética. Un estudio con cultivos celulares y peces cebra, liderado por este ingeniero bioquímico, revela el papel crucial de la oxitocina en la regeneración de las células cardiacas tras sufrir lesiones como los infartos.
¿Por qué los humanos sentimos amor, amistad e incluso apego social por los perros? Posiblemente la evolución de este animal junto a su mejor amigo haya facilitado esta interacción única, pero a nivel biológico es el papel que desempeña la hormona oxitocina –relacionada con la conducta maternal y paternal– lo que genera esta estrecha relación entre especies. Así lo demuestran varios experimentos en los que el simple contacto visual entre el can y su dueño fortalece sus vínculos afectivos.
Neurocientíficos de EE UU han descubierto que la oxitocina actúa sobre las células cerebrales individuales para provocar comportamientos sociales específicos. En experimentos separados, los investigadores indujeron la liberación de esta hormona en el cerebro de ratones hembra adultas sin hijos y comprobaron que comenzaban a escuchar hasta el más leve sonido de llamada de crías de otras madres y a atender sus necesidades. El hallazgo podría tener aplicación en el tratamiento de trastornos de comportamiento provocados por enfermedades o daño cerebral.
Administrar oxitocina durante las primeras etapas del desarrollo podría ser positivo a largo plazo para tratar el autismo, a la vista de un estudio en ratones modificados genéticamente a los que se les aplicó la hormona. Los investigadores son optimistas ante el uso de esta terapia en seres humanos.
Un medicamento administrado en ratones con autismo, la bumetanida, impide el comportamiento asociado a la enfermedad en su descendencia. Estas son las optimistas conclusiones de un estudio que también prevé progresos en humanos, en los que no hay manera de detectar el trastorno antes del nacimiento.
Un estudio analiza la respuesta de los hombres heterosexuales al visualizar fotografías de mujeres tras haber inhalado oxitocina. Los resultados revelan una mayor actividad en las regiones de recompensa del cerebro al ver la cara de su compañera, a la que también calificaron como más atractiva que las mujeres desconocidas.
La oxitocina es una hormona responsable de comportamientos parentales, sexuales y sociales relacionados con la confianza y la generosidad. Investigadores estadounidenses han estudiado cómo afecta a la vigilancia social de los macacos Rhesus. El trabajo sugiere que la molécula aumenta la atención hacia ojos y caras, pero relaja la vigilancia hacia otros individuos que representen una amenaza.
La oxitocina es conocida como 'la molécula del amor' porque se segrega en grandes cantidades durante el parto y la lactancia, y se cree que refuerza las relaciones sociales. Ahora, científicos de Lausana afirman que cuando esta hormona actúa sobre la amígdala cerebral, inhibe algunas respuestas al miedo, como la paralización del individuo ante una situación temerosa.