Después de las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la epidemia de opiáceos en Estados Unidos, un estudio confirma las preocupantes estadísticas sobre su utilización en el país. Así, el consumo de estas sustancias se mantiene casi inalterable, incluso por parte de las personas que sobreviven a una sobredosis. En la actualidad, su uso indebido es la primera causa de muerte accidental en EE UU, superando a los fallecidos por arma de fuego y en accidentes de tráfico.
La inhibición de ciertas sustancias opioides, como la morfina, en zonas específicas del cerebro podría curar la enfermedad del hígado graso, según un nuevo estudio realizado en ratones. El nervio vago sería el canal de actuación que el cerebro utilizaría para regular el metabolismo. Esta enfermedad está relacionada con la obesidad, la diabetes tipo 2 o el alcoholismo.
Un equipo internacional de científicos ha descrito la estructura tridimensional del receptor ‘mu opioide’. Esta molécula activa la respuesta del sistema nervioso central a la acción del opio y sus derivados, como la morfina y la codeína. Su descripción podría facilitar el diseño de nuevos fármacos para el tratamiento del dolor y de la adicción.