El desastre ocurrido en Valencia ha traído consigo una riada de noticias falsas que han circulado por redes sociales y medios. La urgencia por obtener respuestas nos lleva a confiar en información emocionalmente impactante, aunque no provenga de fuentes fiables. La psicología cognitiva explica cómo el miedo y la búsqueda de certeza impulsan la difusión de estos contenidos y subraya la importancia del pensamiento crítico para enfrentar la incertidumbre con responsabilidad y solidaridad.
La tragedia de la DANA en Valencia y en otros puntos de España ha estado acompañada por un aluvión de falsedades que circulan por las redes. La incertidumbre y el temor son un buen caldo de cultivo para que los propagadores de fake news viralicen y moneticen su contenido, a la vez que desestabilizan el sistema, opina Ramón Salaverría, experto en desinformación.
La iniciativa europea HYBRIDS, coordinada desde España, aunará el uso de redes neuronales artificiales con el conocimiento estructurado de expertos que investigarán cómo frenar las noticias falsas, la polarización de los medios, el discurso del odio o el acoso a las minorías en internet.
Un estudio impulsado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología indica que más del 60 % de los encuestados busca información de manera habitual sobre temas de ciencia y salud. Internet es el medio más utilizado para informarse sobre estos temas, y las redes sociales son el canal con más probabilidad de propagar información falsa.
Para combatir desinformaciones, es mejor prevenir y formar al público que forzar un cambio de opinión. Matute, que investiga sesgos, asociaciones mentales e ilusiones causales, considera que la equidistancia de algunos medios y la politización son los grandes problemas de las noticias falsas en la pandemia.
Un análisis de los tuits de las elecciones presidenciales de 2016 en EE UU concluye que las cuentas automáticas tuvieron un papel crucial en la difusión de noticias falsas. Tan solo un 6% de los bots fueron responsables de propagar el 31% de la información de baja credibilidad en la red.
La revista Science publica hoy un estudio que indica que las noticias falsas se difunden un 70% más rápido que la información veraz. Para llegar a esta conclusión, investigadores de EE UU han analizado 126.000 historias tuiteadas por tres millones de personas unas 4,5 millones de veces entre 2006 y 2017. Las falsedades más tuiteadas fueron las de contenido político, que se dispararon en momentos clave, como las elecciones presidenciales estadounidenses.
Un estudio, en el que ha participado la Universidad de Zaragoza, ha demostrado que revelar el anonimato promueve la colaboración entre personas, frena la propagación de contenidos falsos en las redes sociales y ayuda a la resolución de conflictos. Los investigadores realizaron un expermiento con 154 estudiantes en China en el que se observó que la cooperación aumentaba cuando la identidad era desvelada.