El experimento internacional Borexino, en el que participan investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid, ha detectado neutrinos producidos en el Sol mediante un ciclo de fusión de hidrógeno canalizado por carbono, nitrógeno y oxígeno. Este ciclo es el que predomina en la multitud de estrellas masivas que brillan en el universo.
Conocidas como hormigas del azúcar en Australia, estos insectos, protagonistas del #Cienciaalobestia, prefieren en realidad la orina seca de los canguros y otros animales que encuentran en la arena. Un estudio muestra cómo durante la noche extraen moléculas de nitrógeno de la urea, evitando la formación del perjudicial gas de efecto invernadero, el óxido nitroso.
Un equipo internacional de científicos ha trabajado entre heces de animales en las duras condiciones de la Antártida. Su estudio revela que las excreciones nutren de nitrógeno los suelos de esta remota zona del planeta y los llenan de musgos, líquenes y pequeños invertebrados.
Una investigación liderada por la Universidad del País Vasco ha aplicado técnicas de arqueología biomolecular para analizar la alimentación de un asentamiento de campesinos de época visigoda –siglos VI-VIII d.C–, situado a las afueras del actual municipio de Illescas, en Toledo.
Las aves marinas excretan cada año 510.000 toneladas de nitrógeno y 99.000 de fósforo, dos elementos indispensables para la fertilización natural de los suelos. Las cantidades son semejantes a las que aportan todos los ríos del mundo y comparables a las que producen las actividades pesqueras. Así lo constata un estudio internacional liderado por la Universidad de Santiago de Compostela en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han conseguido avanzar un paso más hacia la transferencia de genes de nitrogenasa a plantas. Esto haría posible, por ejemplo, cereales capaces de crecer gracias a la incorporación del nitrógeno del aire, lo que reduciría la necesidad de fertilización nitrogenada.
El aumento del nitrógeno reactivo de la atmósfera proveniente de la contaminación atmosférica y de las actividades agropecuarias altera la distribución de las plantas en el ecosistema mediterráneo. Esta degradación del matorral favorece la aparición de plantas nitrófilas, también conocidas como malas hierbas, que pueden terminar desplazando a las especies autóctonas.
Los ecosistemas acuáticos cercanos a zonas densamente pobladas de todo el mundo presentan valores muy altos de fósforo y descompensados entre nitrógeno y fósforo. Esto altera el funcionamiento de los ecosistemas, dificulta la conservación y reduce la calidad del agua, según un estudio en el que ha colaborado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales.
Hace entre 1.000 y 2.000 millones de años, la concentración de nitrógeno en los océanos primitivos era más elevada de lo que se creía hasta ahora, lo que habría permitido la proliferación de organismos marinos durante la primera aparición de la multicelularidad y la vida eucariótica. Así lo confirma un nuevo estudio con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona que ha utilizado modelos matemáticos a partir de datos reales del lago Kivu en la República Democrática del Congo para abrir una ventana al pasado primitivo de la Tierra.