Científicos españoles han estudiado por primera vez cómo cuatro especies de petreles antárticos compiten por los recursos en la época no reproductiva. Según sus conclusiones, la segregación espacial, medioambiental y trófica es el factor esencial que permite optimizar la búsqueda de alimento y garantizar así la coexistencia de estos animales.
La revista Nature Communications publica un estudio de Andrés Baselga, de la Universidad de Santiago de Compostela, y del equipo del profesor Alfried Vogler, del Natural History Museum de Londres, que avanza en el conocimiento de las causas de la diversidad biológica. Sus investigaciones suponen una nueva aproximación metodológica basada en el análisis del ADN de comunidades biológicas enteras –en concreto de coleópteros acuáticos europeos– y pone de manifiesto el efecto predominante de los procesos de dispersión en los patrones de biodiversidad.
Miguel Bastos Araújo es uno de los diez científicos más citados en la última década en el campo de la ecología y el medioambiente. Acaba de recibir el premio MacArthur and Wilson que otorga la Sociedad Internacional de Biogeografía, con el que se reconoce su relevante e innovadora contribución a esta disciplina. Particularmente interesado en los factores que condicionan la distribución de las especies, actualmente también investiga los efectos del cambio global en los ecosistemas.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han analizado el papel de las barreras geográficas históricas y de las diferencias ambientales en el proceso de especiación y divergencia de la lagartija cenicienta Psammodromus hispanicus. El estudio ha permitido también hallar una nueva especie entre las subespecies de este reptil.