Los físicos llevan años tratando de encontrar neutrinos estériles, unas partículas hipotéticas que solo interaccionarían con otras a través de la gravedad, pero la búsqueda puede ser infructuosa. Los últimos datos recogidos por el experimento IceCube en la Antártida indican que, con una probabilidad del 99%, esas misteriosas partículas no existen.