Un trabajo, liderado por el CSIC y las universidades de Alcalá de Henares, Sevilla, Salamanca y Granada, analiza las técnicas de ingeniería y arquitectura empleadas hace 6 000 años. El estudio ha sido realizado sobre el dolmen de Menga, uno de los túmulos funerarios megalíticos más antiguos de Iberia.
El análisis de los residuos orgánicos preservados en 36 vasijas indica que a comienzos del Neolítico los productos lácteos ya eran procesados y servían de alimento a los pobladores pirenaicos. La correlación entre los residuos de grasa las diferentes formas de la cerámica sugiere, además, que la preparación, el consumo y el almacenamiento se llevaron a cabo en los dos asentamientos estudiados en la zona.
El estudio de miles de fragmentos de hueso de 338 individuos enterrados en un yacimiento de Álava indica que fueron víctimas de multitudinarios y violentos enfrentamientos hace unos 5.000 años. El trabajo lo lidera una investigadora de la Universidad de Valladolid.
La Universidad de Córdoba participa en un estudio internacional que documenta modificaciones de huesos después de la muerte no vinculadas al consumo para alimentación. Los investigadores sugieren que los restos provenientes de la cueva de los Mármoles, en Córdoba, podrían haber sido tallados para convertirlos en herramientas, aunque también podría haber otros fines simbólicos detrás de estas transformaciones.
El equipo de arqueólogos del Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Universidad Autónoma de Barcelona y el del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana han terminado la fase excavatoria con la que buscan reconstruir el yacimiento de Cova Gran, donde encontraron los restos óseos de una mujer que vivió hace 14 000 años.
La joya, confeccionada con 2 500 cuentas de conchas, piedras exóticas y ámbar fósil, habría pertenecido a un niño o niña de ocho años, de estatus social alto, y revela la importancia de los ritos de inhumación. El trabajo, liderado por la Institución Milà i Fontanals de Investigación en Humanidades del CSIC, se publica esta semana en PLoS ONE.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han identificado en laureles unas marcas hechas intencionadamente entre cinco y diez años antes del inicio de la construcción del poblado neolítico de Banyoles, hace 7 200 años. El hallazgo permite corroborar la presencia, en la zona, de grupos humanos que seleccionaban, marcaban y controlaban los bosques, años antes de establecerse.
Las excavaciones que se realizan actualmente en los yacimientos de Atapuerca, en Burgos, han sacado a la luz algunos espacios que moradores del Neolítico adecentaron para vivir. Según sus descubridores, se trata de los primeros suelos especialmente preparados para crear un hogar, hace unos 7.000 años.
Un estudio arqueogenómico realizado por investigadores de España, Suecia y Marruecos revela que, hace unos 7.400 años, pobladores europeos cruzaron el estrecho de Gibraltar y transmitieron sus conocimientos agrícolas a los cazadores-recolectores norteafricanos. Un milenio después, pastores procedentes de Medio Oriente llegaron también con su estilo de vida.