El campus de la Universidad Complutense de Madrid.
Un estudio descubre cómo las estructuras encargadas del empaquetamiento del ADN en el núcleo tienen también un papel importante en el modo cómo la información lineal del genoma es finalmente interpretada.
El trabajo, que aparece en portada con una ilustración que recuerda al artista catalán Joan Miró, se publica hoy en la revista Nature Structural & Molecular Biology.
Por primera vez se ofrece un nuevo enfoque de la función de la cromatina que ha generado un gran revuelo entre la comunidad científica. Además, la revista Nature Reviews Genetics destacará en el número de octubre un reportaje sobre éste y otros dos trabajos relacionados.
El envejecimiento prematuro ya tiene tratamiento. El hallazgo, con sede compartida entre España y Francia, permite comprender uno de los mecanismos del envejecimiento y ofrece una esperanza a los enfermos de progeria. Se trata de niños y jóvenes que a los 15 o 20 años han envejecido tanto que, hasta ahora, no podían soñar con superar esta edad. De momento, los resultados han permitido alargar un 80% la vida de ratones con progeria, y el salto de los fármacos al ser humano es más corto que en otras ocasiones: muchos de los enfermos europeos participarán en el inminente estudio clínico que probará en Francia el tratamiento.
Algunos de los investigadores de la Universidad de Oviedo que firman el artículo. De derecha a izquierda, José María Pérez Freije, Ignacio Varela, María Fernández Suárez y Alejandro Piñeiro Ugalde. Están en uno de los laboratorios del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo. Foto: L. A.
Investigadores de la Universidad de Oviedo dirigidos por el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Carlos López-Otín han descubierto el primer tratamiento contra enfermedades de envejecimiento prematuro. El trabajo, en el que han colaborado científicos de la Universidad de Marsella, ocupará la portada del próximo número de Nature Medicine, una de las revistas biosanitarias más prestigiosas a escala internacional. El artículo está disponible a partir de hoy en la edición digital de la revista.
Los genes de uno de los animales más sorprendentes de la tierra, el ornitorrinco, ya no son un secreto. Y todo porque Glennie, una hembra de ornitorrinco, ha cedido a la ciencia su ADN. Eso ha permitido determinar la secuencia de los dos mil millones de bases que componen su genoma, que codifica más de 18.500 genes, un número similar al de humanos. Para hacer este trabajo, han colaborado treinta laboratorios de ocho países, que con su investigación han saltado a la portada más reciente de la prestigiosa revista Nature. Entre ellos, el grupo de científicos que dirige el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo Carlos López-Otín. Y aunque 166 millones de años de evolución separan al lector de Glennie, el estudio supone un considerable avance para definir qué le hace humano. Pero ¿cómo ha sido el trabajo en el laboratorio para llegar hasta aquí?
Investigadores del departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA) han contribuido a descifrar el genoma del ornitorrinco, un animal que se separó hace 166 millones de años del tronco evolutivo que daría lugar al ser humano. Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo y miembro de la Real Academia de Ciencias, ha coordinado la contribución española a esta investigación, que hoy es portada de la revista Nature. El estudio aporta nuevas claves sobre la evolución de los mamíferos
El director de Nature, Dr. Philip Campbell, inauguró en Barcelona la nueva edición del Master en Comunicación Científica del IDEC-Universitat Pompeu Fabra que dirige Vladimir de Semir y cuenta con el patrocinio del Instituto Novartis de Comunicación en Biomedicina.