La primera migración a América a través del Estrecho de Bering dejó huellas en el genoma de los nativos americanos actuales. Según un nuevo estudio, con participación española, el frío hizo que solo unos cuantos individuos sobrevivieran a esa travesía, por lo que muchos de los descendientes de aquellos primeros colonos todavía conservan adaptaciones al clima ártico, aunque ya no les son necesarias.
Las poblaciones nativas americanas disminuyeron entre 1492 y 1900, con la llegada de los europeos. Aunque no se conoce la magnitud y la velocidad de este cambio, algunos creen que tuvo efectos climáticos. Un nuevo estudio liderado por la Universidad de Harvard vincula la despoblación de los pueblos de Jémez (Nuevo México) con cambios en el patrón de incendios de la zona, pero advierte de que sacar conclusiones sobre efectos globales sería demasiado simplista.
Cráneo de pericú analizado en el estudio. / Cristina Valdiosera
Los antepasados de los actuales nativos americanos entraron en el continente hace unos 23.000 años, como máximo, conformando una única ola migratoria desde Siberia. Así lo revela en Science un estudio genómico a gran escala, con participación española. Otro análisis genómico, esta vez publicado en Nature, demuestra que algunos nativos americanos de América del Sur tienen antepasados relacionados con los indígenas de diferentes zonas de Oceanía.
La secuencia del genoma del Hombre de Kennewick, un esqueleto de 9.000 años hallado en el estado de Washington, ha revelado que podría estar emparentado con los nativos americanos modernos. Hasta ahora, se dudaba sobre su origen y estudios iniciales de su morfología lo asociaban con pueblos del Pacífico como los ainu y los polinesios.
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