Estos destellos de luz en el cielo forman parte de una familia de fenómenos como los rayos de tormenta, pero se producen en la mesosfera, a decenas de kilómetros sobre las nubes. El Instituto de Astrofísica de Andalucía encabeza el primer estudio espectroscópico de estos acontecimientos infrecuentes y breves, asociados con compuestos como hierro y níquel.
Investigadores del Instituto Catalán de Investigación Química han desarrollado un catalizador de níquel que transforma mezclas de hidrocarburos y CO2 en compuestos con gran valor industrial: los ácidos grasos. El proceso es sostenible y respetuoso con el medioambiente por partida doble: funciona a temperatura y presión atmosféricas y, además, sirve para reciclar el dióxido de carbono, contribuyendo así a reducir este gas de efecto invernadero.
¿Disparó la falta de níquel el nivel global de oxígeno?