En Austria, los receptores de las tres primeras manos implantadas mediante reconstrucción biónica han logrado abrocharse los botones, servir agua de una jarra y utilizar un cuchillo ordenando los movimientos a voluntad. La nueva técnica combina las prótesis robóticas, los trasplantes musculares y nerviosos, y la amputación selectiva de la mano.
La velocidad de los movimientos sacádicos, los movimientos rápidos del ojo, es un excelente instrumento para medir de forma objetiva el cansancio de un médico. Un estudio internacional confirma su utilidad para evaluar a los médicos tras una guardia.
Un estudio internacional, publicado esta semana en la revista Nature Communications, presenta un dispositivo que aprovecha movimientos de la naturaleza, como el de las personas, para generar energía a través de la fricción. Otras ventajas de este generador son su pequeño tamaño y bajo coste.
La propulsión de origen animal, como las de las alas de las aves marinas o las aletas de las ballenas, se doblan en lugares característicos y con ángulos de flexión similares. / M. Baird.
Un grupo internacional de investigadores, con participación española, ha identificado en la historia más reciente de la falla de Alhama de Murcia seis grandes terremotos de magnitud superior a 7. Según los científicos, esto proporciona una “evidencia convincente” de que las magnitudes máximas de sismicidad en la zona son superiores a las que se pensaba.
Una nueva tecnología permite comunicarse libremente a las personas que han perdido casi por completo la capacidad de mover sus brazos y sus piernas. El nuevo método, publicado en la revista Current Biology, usa los ojos para escribir en letra cursiva.
Hace unos treinta millones de años, la cuenca del Mediterráneo occidental se abría por la colisión tectónica de las placas africana y euroasiática. Este episodio geológico, descrito en la bibliografía la literatura científica, fue el punto de partida de la diversificación de un grupo de arañas endémicas del Mediterráneo occidental.
Hasta ahora se pensaba que los movimientos de subducción y las dorsales oceánicas estaban relacionados con el avance de las placas tectónicas. Ahora, una investigación estadounidense, publicada en Nature, revela que otro fenómeno interviene en esta dinámica: las denominadas como ‘plumas del manto’.