Especializado en química supramolecular y nanotecnología, el científico se enorgullece de lo que su equipo avanzó en la síntesis de moléculas que podrían desplazarse como un minirrobot a través de nuestro torrente sanguíneo, pero cree que aún están lejos las posibilidades de encontrarles aplicaciones. Para conseguir esos avances en clínica médica es necesario estudiar mejor los componentes que no resulten tóxicos para nuestro organismo, sostiene.
El nitruro de boro hexagonal tiene una curiosa propiedad: emite luz cuando entra en contacto con líquidos, lo que ofrece información precisa, fotón a fotón, sobre su entorno. Investigadores de Suiza y Reino Unido han aprovechado esta ventaja para rastrear moléculas individuales dentro de estructuras nanofluídicas, una visión sin precedentes para estudiar su comportamiento en espacios nanoconfinados.
Investigadores del Centro de Astrobiología han descubierto la presencia de ácido carbónico (H₂CO₃) en el espacio, el mismo compuesto que genera las burbujas en las bebidas gaseosas. Se ha encontrado en una nube molecular del centro de nuestra galaxia, un hallazgo que ayuda en la comprensión de la compleja química asociada a la aparición de la vida.
Un equipo de la Universidad de Santiago de Compostela ha estudiado la nedilación, hasta ahora conocida en otros contextos patológicos como cáncer o fibrosis hepática. El hallazgo, publicado en Cell Metabolism, resulta esencial en el abordaje de la diabetes al abrir la puerta a nuevos enfoques terapéuticos.
Sin la molécula NFIC el páncreas se vuelve más propenso a formar tumores, según indica un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, publicado en Nature Communications. Este tipo de cáncer es el tercero con mayor mortalidad en España, con más de 7.600 fallecimientos anuales.
Investigadores de IBM, la Universidad de Santiago de Compostela y otros centros internacionales consiguen crear y romper enlaces entre los átomos de una molécula a voluntad, mediante pulsos de voltaje aplicados con la punta de un microscopio. El avance, portada de la revista Science, abre el camino al diseño de sofisticadas máquinas moleculares.
La vida no ocurre en condiciones aisladas de laboratorio, sucede fuera, en el mundo real. Eso lo saben bien biólogos moleculares como la británica Edith Heard. Gracias al nuevo proyecto denominado Moléculas a los Ecosistemas, lanzado recientemente y que contará con laboratorios móviles, los científicos podrán tener una imagen más completa de cómo se adaptan y evolucionan los organismos en el medioambiente.
Hace tres años, esta química especializada en investigación biomédica fundó la empresa Roka Furadada. El proyecto de Judit Camargo ha logrado una subvención europea de 1,7 millones de euros para avanzar en las últimas fases de desarrollo de una nueva generación de ingredientes que aumentan hasta seis veces la eficacia de las cremas solares frente a la radiación UV y que no son tóxicos para los ecosistemas acuáticos.
Como si fuera un kit de construcción infantil, científicos de EE UU han desarrollado bloques químicos modulares y una máquina automatizada para unirlos mediante complicados giros tridimensionales. El resultado son compuestos más complejos que se podrían utilizar en la industria farmacéutica, cosmética o de alimentación.
Un equipo científico español ha descubierto que los neutrófilos, un tipo de células inmunes, muestran diferentes conductas durante los procesos inflamatorios. Una de ellas, provocada por la molécula Fgr, está asociada al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Este trabajo podría facilitar el diseño de tratamientos para minimizar las secuelas ocasionadas por los infartos de miocardio, según los autores.