Los protectores solares contienen componentes químicos que sometidos a radiación ultravioleta pueden tener efectos nocivos sobre la microflora acuática. Al realizar experimentos al aire libre, científicos españoles han detectado cambios en cuatro especies de microalgas cuando son expuestas a cremas en ecosistemas costeros. Los hallazgos permitirían la elaboración de productos con compuestos menos perjudiciales para el medio ambiente.
Científicos del Instituto Español de Oceanografía acaban de publicar en la revista Harmful Algae la descripción de una nueva especie de dinoflagelado tóxico, Gambierdiscus balechii, una especie causante de ciguatera que se ha aislado de unas muestras tomadas en Indonesia.
Investigadores de la Universidad de Huelva comprueban por primera vez cómo las aguas ácidas y ricas en metales pesados favorecen la acumulación de ácidos grasos y fortalecen a una microalga del río Tinto en Huelva para que pueda ser producida a escala industrial. Los resultados del estudio suponen un avance en la búsqueda de soluciones rentables y alternativas al petróleo.
Un grupo de científicos logra por primera vez obtener de manera continua biomasa de la microalga Chlorella sorokiniana enriquecida en selenometionina. Ésta es una forma orgánica del selenio no tóxica para el hombre y que podría incluirse en suplementos alimenticios. El ensayo se ha realizado en un reactor en laboratorio, paso previo a la producción masiva a escala piloto. La investigación, desarrollada por científicos de la Universidad de Huelva, se ha publicado en la revista Process Biochemistry.
Investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Almería han desarrollado un nuevo método de producción sostenible de biofertilizantes de uso agrícola a través del cultivo de microalgas en aguas residuales. De hecho, el tratamiento de este tipo de vertidos supone un problema tanto para las industrias como para los municipios debido a su alto coste económico y energético
Investigadores del Grupo de Biotecnología de Microalgas marinas de la Universidad de Almería han desarrollado un procedimiento para obtener microalgas que aumenta la producción de biomasa rica en grasas poliinsaturadas, de interés para alimentar a especies acuícolas. La técnica incluye la adición de fertilizantes y la reutilización de agua portadora de nutrientes.
Investigadores de la Universidad de Huelva han iniciado ensayos con un microalga extremófila procedente de la zona de la Cuenca Minera para la producción de luteína -antioxidante de alto valor para la salud- y utilizando para ello un biorreactor alimentado por energía solar.
Investigadores andaluces buscan nuevos tipos de microalgas marinas con el fin de diseñar un catálogo que permita clasificarlas atendiendo a su capacidad de captación de dióxido de carbono y a la utilidad de la biomasa obtenida. “Las microalgas captan la energía solar y la acumulan mediante la fotosíntesis, absorben CO2 y desprenden oxígeno, por lo que se trata de un sumidero natural. Además, se trata de una fuente renovable e ilimitada que no genera residuos tóxicos ni peligrosos”, asegura Jesús Forja Pajares, investigador principal del proyecto Capacidad de biocaptación de CO2 por microalgas marinas: implicaciones en el cambio global incentivado con 550.000 euros por la Consejería de Innovación.