Cuando una eyección de masa coronal del Sol engulle a otra, esto afecta a la aceleración de partículas energéticas en nuestra estrella. Ahora, investigadores de KU Leuven (Bélgica) han simulado este proceso, que está relacionado con algunas de las tormentas solares más potentes conocidas.
Recientemente la sonda Solar Orbiter ha sobrevolado la Tierra e iniciado su misión científica, centrada en estudiar de cerca el Sol, especialmente sus polos, y la heliosfera. Lo cuenta uno de los investigadores españoles que participa en este proyecto liderado por la Agencia Espacial Europea.
Desde hace una década el satélite SMOS de la Agencia Espacial Europea mapea la humedad del suelo y la salinidad del océano, pero, inesperadamente, investigadores de la Universidad de Alcalá han descubierto que también puede seguir la actividad del Sol y la meteorología espacial.
La física Teresa Nieves Chinchilla (Madrid, 1973) vigila la actividad del Sol desde el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, donde investiga las emisiones de masa coronal que pueden afectar a los satélites y las telecomunicaciones en la Tierra. Esta semana ha participado en Madrid en el primer encuentro de las comunidades de científicos españoles en el exterior, como vicepresidenta de ECUSA, la asociación representante de EE UU.
Caída de la red eléctrica, fallos en las comunicaciones por radio y telefonía móvil, alteración de la ionosfera de la Tierra. Estas pueden ser algunas consecuencias de las fulguraciones y emisiones intensas del Sol. Para vigilar la actividad de nuestra estrella nace hoy el Servicio Nacional de Meteorología Espacial, una aplicación web cuyo funcionamiento explica a Sinc su coordinadora, Consuelo Cid (Guadalajara, 1967) desde la Universidad de Alcalá de Henares.
Consuelo Cid, profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, coordina el Servicio Nacional de Meteorología Espacial. / SINC