Conseguir mejillones que no acumulen toxinas ya es posible. Lo han logrado investigadores de diversas instituciones, entre las que se encuentra la Universidad Politécnica de Madrid, por medio de técnicas de selección genética, tras varios años de estudio.
Galicia es el segundo productor mundial de mejillón en cultivo después de China, con una producción superior a 250.000 toneladas anuales. La captación de semilla para su posterior engorde en bateas es clave para la sostenibilidad de esta industria. Investigadores del CSIC de Galicia han establecido qué condiciones ambientales y meteorológicas determinan el inicio y fin del periodo de asentamiento larvario y su intensidad, es decir, la cantidad de semilla fijada, con el fin de desarrollar modelos de predicción de los episodios de asentamiento.
La acidificación oceánica puede alterar la viabilidad de la almeja fina mientras en el mejillón resulta positivo para su crecimiento, según un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Expertos del Centro IFAPA Agua del Pino (Huelva), de la Consejería de Agricultura y Pesca, han iniciado un proyecto de excelencia para poner a punto diferentes técnicas de cultivo de mejillón (Mytilus galloprovincialis) en criaderos y comprobar su viabilidad comercial respecto a los que se explotan de forma natural.
Los mejillones se adhieren a la superficie de las rocas con los hilos bisos.
Un equipo de científicos del CSIC en Galicia ha realizado un estudio integrado en la ría de Ares-Betanzos durante los últimos cuatro años. Entre otros aspectos, han estimado la capacidad de carga de la ría en cultivo de mejillón en batea y han creado un modelo predictivo de cierres extractivos por mareas rojas.