El estreno de la película El Rey Arturo y la Leyenda de Excalibur, en pleno auge de las fantasías medievales, justifica un repaso de los ingredientes que modelaron un ciclo literario a base de mitos celtas y nórdicos, leyendas de la Britania romana y épica caballeresca. Como todo gran relato, ha servido de vehículo para las más diversas ideas, desde el romanticismo cristiano de Richard Wagner a la crítica a la aristocracia de Mark Twain, pasando por el adoctrinamiento nacionalista en la Inglaterra victoriana y el alegato antifascista de El Príncipe Valiente.
Caballos de madera, muñecas, sonajeros y pajarillos eran los cuatro juguetes más populares en la Edad Media, cuatro objetos que podemos encontrar hoy en día en la habitación del cualquier menor. Con el estudio de fuentes documentales, representaciones pictóricas y restos arqueológicos, una historiadora de la Universidad Complutense de Madrid ha reconstruido cómo se utilizaban estos juegos en aquella época. La clase social y si eran niños o niñas marcaba importantes diferencias.
Un estudio ha puesto de relieve las consecuencias económicas y urbanísticas del incendio del año 1447 en Valencia, entre ellas la desaparición de parte del trazado islámico de la ciudad y la reordenación urbana posterior. La investigación relaciona este devastador episodio con un crimen y la posterior ejecución pública de los culpables, en un momento en el que la ciudad era una de las más pobladas y dinámicas del occidente europeo.
La historia de la navegación medieval en la península ibérica es una gran desconocida. En los años 70, un submarinista deportivo halló un candelabro de bronce en Ibiza que ahora Marcus H. Hermanns, científico del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, ha sacado a la luz. Se trata de una pieza única del siglo X que podría dar pistas sobre las rutas marinas de la época.
El Grupo de Investigación en Patrimonio y Paisajes Culturales de la Univerisdad del País Vasco (UPV/EHU) ha descubierto un poblado medieval fortificado junto al castillo de Arganzón (Burgos). El lugar, que fue ocupado en el siglo IX o X, se puede considerar como un centro señorial de gran entidad ya que está construido a modo de “encastillamiento”, un estilo que hasta la fecha en España sólo se le había reconocido arqueológicamente al castillo de Treviño (Burgos).
A partir del estudio del texto Ipomydon, del que sólo existe una copia manuscrita guardada en la Biblioteca British Library, el investigador de la Universidad de Alicante, Jordi Sánchez Martí, ha reconstruido la historia impresa de los romances medievales ingleses. Los resultados destacan que la centralización de la actividad impresora en Londres afectó a la diversificación de títulos.
El médico persa Avicena.
Las excavaciones realizadas en la muralla granadina del siglo XIV desenterraron un horno de ladrillo situado junto a capas estratificadas de huesos y cenizas. La evidencia in situ sugiere, según los investigadores de la Universidad de Granada (UGR), que el propósito de este horno era fabricar un revestimiento para el muro que incluía polvo de huesos quemados.
Según el estudio, la torre fue utilizada como mazmorra para los presos que trasladaban desde Sanlúcar de Barrameda hasta Almonte. El hallazgo confirma la existencia de actividad humana en el coto durante la Edad Media. En la actualidad, la base de la torre se usa como almacén de grano.