Hace 80 años el lingüista estadounidense George Kingsley Zipf planteó una relación matemática que determina la frecuencia de las palabras en los textos, y que se suele cumplir cuando se excluyen los términos más raros. Ahora investigadores del Centre de Recerca Matemàtica, adscritos a la Universidad Autónoma de Barcelona, han analizado por primera vez la validez de esta ley con la enorme biblioteca electrónica del proyecto Gutenberg.