La enfermedad de Kennedy genera atrofia progresiva de los músculos, afecta solo a los hombres y se manifiesta entre los 40 y 50 años. No tiene ningún tratamiento específico. Las células musculares y las neuronas motoras se mueren con el paso de los años porque acumulan dentro una proteína que los afectados tienen mutada. Ahora investigadores del IRB Barcelona han descubierto que la proteína lleva incorporado un mecanismo que demora los efectos perniciosos de la mutación.