Un equipo del Centro Nacional de Microbiología ha conseguido localizar diferentes biomarcadores capaces de identificar qué pacientes con leucemia mieloide crónica –en los que se interrumpe el tratamiento tras lograr el control de la enfermedad– tienen más riesgo de sufrir una recaída.
Un nuevo estudio establece la eficacia a largo plazo del fármaco imatinib. El trabajo, publicado en The New England Journal of Medicine, revela además que la sustancia no se asocia a efectos secundarios clínicamente relevantes. Sin embargo, no se han observado diferencias en la supervivencia de los pacientes con el tiempo.
Gracias a la técnica CRISPR-Cas9 de edición del genoma, un grupo de investigadores españoles ha eliminado el oncogén que produce la leucemia mieloide crónica. El trabajo proponer una vía alternativa para abordar este cáncer: la posibilidad de que los enfermos puedan tratarse con su propia médula ósea después de que las células sean “corregidas” en el laboratorio, sin necesidad de buscar un donante compatible, como ocurre en la actualidad.
Científicos españoles han descrito una familia de proteínas, llamadas NADPH oxidasas, que podría ser una buena diana terapéutica para luchar contra la leucemia mieloide crónica. En la actualidad los investigadores buscan tratamientos complementarios que puedan actuar de una forma sinérgica y alcanzar el gran objetivo: curar la enfermedad y retirar el tratamiento.