Esta herramienta, creada por investigadores de la Universidad de Alicante, contribuye a romper las barreras comunicativas entre los hispanohablantes oyentes y los que tienen algún tipo de discapacidad auditiva.
El análisis de decenas de alfabetos manuales de lenguas de signos revela que proceden de cinco linajes y uno de ellos es el español. Los registros históricos, que se remontan al siglo XVI, muestran la importancia que tuvo España en la expansión de esta forma de comunicación a otros países.
Ingenieros de la Universidad Carlos III de Madrid han logrado que un robot llamado TEO se pueda comunicar en lengua de signos con personas sordas. Para ello, han combinado tecnologías de inteligencia artificial, redes neuronales y visión artificial.
Un equipo de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Santiago (USC) trabaja en el denominado proyecto ENSIGNA, centrado en el desarrollo de un método innovador para mejorar el aprendizaje de la lengua de signos a través de internet. En el proyecto, financiado por el Plan Gallego de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Xunta de Galicia, también participa el Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga), la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Galicia, y el grupo de formación empresarial Femxa.