Un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado una metodología para medir la rugosidad superficial del suelo y así controlar y evaluar los procesos erosivos que se producen principalmente como consecuencia de la gestión y los procesos naturales.
La dependencia al petróleo que sufren los agricultores aumenta cada día por el uso de maquinaría pesada y la propia composición de ciertos fertilizantes. Pero existen prácticas agrícolas más rentables y sostenibles. Todavía desconocida para mucha gente, la agricultura de conservación podría ser una solución que diversifica las técnicas para un mejor uso del suelo.