La bacteria Xylella fastidiosa causa la muerte de más de 350 especies diferentes de vegetales entre los que destacan la vid, el almendro y el olivo. La transmisión de este patógeno desde plantas enfermas a sanas está mediada por insectos vectores. Para frenar la expansión de la enfermedad, un equipo de investigadoras ha diseñado una técnica molecular capaz de detectar ADN del vector en el tracto digestivo de artrópodos, lo que revelaría los potenciales depredadores.
Un equipo del CSIC ha demostrado que un tipo de células del sistema inmunitario se multiplica en pacientes con el mal de Chagas para proteger la propagación del parásito y eliminándolo así de las infectadas. Esto sucede tras aplicar el tratamiento médico en la fase crónica de la patología. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en España esta enfermedad tropical afecta a unas 70.000 personas.
Casi la mitad de los bosques de coníferas de la Red Natura 2000 y más de dos tercios de los situados en los corredores prioritarios entre espacios forestales protegidos están ya dentro de la zona infectada por el nematodo de la madera del pino (Bursaphelunchus xilophilus), capaz de matar el árbol que infecta en cuestión de semanas. Esta es la principal conclusión de un estudio liderado por la Universidad Politécnica de Madrid.
Aproximadamente el 50% de todas las especies de animales se consideran parásitos, y su diversidad es especialmente evidente en uno de los órdenes más numeroso de insectos: los himenópteros. Sin embargo, la evidencia fósil de las interacciones entre huésped y parásito es extremadamente rara. En este contexto, un grupo de investigadores acaba de descubrir cuatro especies fósiles parasitarias nuevas.
En 1959, el joven estadounidense Thomas Emmel recogió numerosos ejemplares de mariposas al sur de México y Honduras en una expedición de tres meses en la que acompañó al ornitólogo L. Irby Davis. Lo que nunca pudo imaginar el entonces entomólogo aficionado, que hoy tiene 76 años, es que seis décadas después trece de esas mariposas servirían para describir una nueva especie. Son las protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.
Investigadores de la Universidad de Jaén han creado un nuevo método para, con muy poca cantidad de muestra, obtener las cantidades de insecticidas presentes en el polen y el néctar. La nueva herramienta es capaz de analizar ocho compuestos que pueden estar contribuyendo a la desaparición de las abejas y otros insectos.
Entre la arena, habitualmente en bancos de dunas y zonas costeras, un equipo de científicos entre los que participa la Universidad Complutense de Madrid ha descubierto una nueva especie de hormiga león. Los adultos y larvas analizados se hallaron al sur de la península ibérica y al norte de Túnez. Este tipo de insecto no es una hormiga sino uno de sus depredadores.
Investigadores del Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas han fabricado un fertilizante con el exoesqueleto quitinoso que protege a los crustáceos y los insectos. Este biofertilizante no contamina y es capaz de regenerar el suelo degradado por la sobreexplotación agrícola.
Los insecticidas neonicotinoides afectan a las poblaciones de aves en Holanda, según un estudio publicado en la revista Nature. Investigadores holandeses han mostrado por primera vez que altas concentraciones de un insecticida neonicotinoide, el imidacloprid, están asociadas con un declive de población en aves insectívoras.
Antes de emprender sus vacaciones en países de Asia, África y Latinoamérica, turistas de todo el mundo se informan sobre el dengue, el paludismo, la leishmaniasis o la enfermedad de Chagas, transmitidas por insectos. Pero son las comunidades indígenas las principales víctimas de estas dolencias potencialmete mortales. Investigadores en ecosalud, que han participado en la conferencia EcoHealth 2014 de Montreal (Canadá), explican a Sinc cómo trabajan con estas poblaciones en proyectos que pueden salvarles la vida.