Desde los primeros meses de la pandemia, la sociedad y los medios de comunicación han construido muchas teorías sobre el origen del virus y las estrategias de los poderes mundiales. Algunos de ellos se han convertido en bulos que han calado en la población, incluso entre los profesionales de la salud.
Un equipo de investigadores ha analizado millones de tuits publicados en todo el mundo durante la fase inicial de la epidemia. Sus resultados muestran que, a medida que aumentaron los casos, los ciudadanos compartieron información más fidedigna.
Un estudio publicado por el grupo de investigación ScienceFlows, de la Universitat de València, analiza las desinformaciones compartidas en España durante el primer mes del estado de alarma. Los mensajes promovían el consumo de alimentos cotidianos para evitar y curar la infección por el nuevo coronavirus, y en muchos se hacía gala de títulos sanitarios o científicos para dar veracidad al mensaje.
La pandemia de COVID-19 ha generado una oleada de desinformación sin precedentes. Ante la demanda social que las señala como responsables, las empresas dueñas de Facebook, WhatsApp y Twitter han implementado cambios en su funcionamiento. Pero el uso de algoritmos no es suficiente para eliminar contenidos que requieren de la interpretación humana.