Los tratamientos para la infertilidad masculina podrían mejorar en el futuro gracias a una nueva técnica desarrollada por científicos chinos con la que se ha conseguido esperma funcional a partir de células madre embrionarias de roedores. Los investigadores utilizaron después este esperma para obtener descendencia viable mediante fecundación in vitro.
Entre un 25% y un 30% de las mujeres nacidas en la segunda mitad de la década de los 70 del siglo pasado no será madre. Esta infecundidad está asociada al retraso de la edad de la primera maternidad y en las condiciones materiales y conyugales que rodean la decisión de tener hijos entre los 25 y 40 años de edad, según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona. España encabeza el retraso en la maternidad en Europa, siendo la edad del primer hijo de las más elevadas del mundo en la actualidad.
Un grupo internacional de científicos ha estudiado en ratones CEP63, un gen mutado en el síndrome de Seckel, una enfermedad rara que causa microcefalia y problemas de crecimiento. Los científicos revirtieron la microcefalia durante el desarrollo embrionario de los ratones eliminando la proteína que causaba la pérdida de células madre. Además, los ratones macho sin CEP63 sufren infertilidad. La relación de esta proteína con la producción de esperma es totalmente nueva.
Más de 1.000 expertos de hasta 54 países se reúnen desde el 23 hasta el 25 de abril en Alicante para asistir al VI Congreso del Instituto Valenciano de Infertilidad sobre medicina reproductiva. Entre ellos destaca Mats Brännström, el médico que lideró la intervención que hizo posible el primer nacimiento tras un trasplante de útero, un método que se ha presentado como relativamente efectivo contra el factor de infertilidad uterino absoluto.
Anomalías relacionadas con el metabolismo del colesterol en hembras de ratón provocan que los ovocitos maduren demasiado pronto, de manera que son infértiles. Una investigación del MIT y la Universidad Católica de Chile puede ser útil para desarrollar fármacos contra ciertos casos de infertilidad femenina.
Un trabajo llevado a cabo por investigadores de EE UU ha logrado dotar de más espermatozoides a los testículos de un ratón aplicando células de la dermis humana que fueron reprogramadas para que se comportaran como células precursoras del esperma. Los autores creen que en un futuro podrá ser posible trasplantar este tipo de células en los testículos de hombres con problemas de fertilidad.
Un equipo del IRB ha identificado en la mosca Drosophila una proteína esencial para la viabilidad de los embriones durante las primeras divisiones celulares. Esta proteína, denominada dBigH1, que es una variante de la histona 1, podría estar relacionada también con problemas de fertilidad.
VIDA es la aplicación, basada en redes neuronales y creada por la Universidad de Alicante, que mide la densidad de espermatozoides con una precisión de 92%. Su funcionamiento como asistente virtual posibilita predecir los resultados de la concentración de esperma a partir de las respuestas de un cuestionario.
La mayoría de las mujeres sometidas a terapias antitumorales pierden su reserva de ovocitos. Un estudio en roedores ha desvelado cómo los fármacos contra el cáncer activan los ovocitos durmientes en los ovarios, y, cuando ya han crecido y madurado, los mata. Los mismos investigadores han identificado un medicamento que evita el proceso.
El diagnóstico de la fertilidad masculina se realiza habitualmente a través de la observación de los espermatozoides al microscopio. Sin embargo, un semen con calidad normal no garantiza una fertilidad adecuada, de hecho, existe una considerable proporción de casos de infertilidad de causa desconocida. Existen datos que sugieren que la función anómala del espermatozoide podría tener un origen genético o molecular.