El primer estudio global de los impactos del cambio climático sobre la producción de vino revela que la mayor parte de las actuales zonas aptas para cultivo de la vid probablemente se habrán perdido en 2050, y se trasladarán a hábitats importantes para la conservación de fauna silvestre.
Un equipo de investigación de la Universidad de Salamanca participa en el proyecto de investigación Cenit Demeter junto a decenas de socios, sobre todo empresas vitivinícolas, para estudiar algunas de las consecuencias del cambio climático en la calidad de los vinos tintos. En los últimos tiempos los bodegueros han observado diferencias en distintos componentes de la uva a la hora de madurar que podrían estar relacionadas con este fenómeno climático.