El primer estudio global de los impactos del cambio climático sobre la producción de vino revela que la mayor parte de las actuales zonas aptas para cultivo de la vid probablemente se habrán perdido en 2050, y se trasladarán a hábitats importantes para la conservación de fauna silvestre.
Un estudio del Laboratorio Internacional en Cambio Global (LINCGlobal), fundado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas español (CSIC) y la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), sugiere que el cambio climático podría afectar de forma dramática a una gran variedad de los productores de vino más importantes del mundo, con consecuencias de largo alcance para la conservación de la naturaleza.
El trabajo refleja la posible apertura de nuevas áreas productivas de vino en lugares inusuales hasta el momento. El aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones están afectando el delicado equilibrio entre temperatura y humedad, elementos principales para el cultivo de uvas de vino de alta calidad. Como consecuencia, se prevé una contracción del área apta para la producción de vino en algunas zonas y su ampliación en otras.
Este estudio, en colaboración con Conservation International (CI) y científicos de China y Chile, ha sido publicado hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS) de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Es el primer análisis global de los impactos del cambio climático en la producción y conservación del vino.
Según el estudio, el impacto del cambio climático será dramático en algunas zonas y puede generar conflictos importantes entre esta actividad industrial, la conservación de la biodiversidad y la provisión de agua dulce. Esto último es particularmente importante en el caso de Chile, donde ya existe un alto grado de estrés hídrico.
Presión sobre la fauna silvestre
Lee Hannah, autor principal del artículo y especialista mundial en cambio global de Conservation International, argumenta que "el cambio climático va a mover las regiones con potencial para producir vinos a distintos lugares. Estos cambios globales presionarán sobre la fauna silvestre en algunos lugares sorprendentes”.
Según Hannah “la sensibilización de los consumidores, la industria viticultora y las acciones de conservación son necesarias para ayudar a mantener el vino de alta calidad y reducir las influencias externas negativas sobre los ecosistemas y los servicios que estos proveen para la humanidad”. El investigador señala que “esto es solo la punta del iceberg y el mismo consejo se debería tener en cuenta para muchos otros cultivos globales".
Para el año 2050 la zona apta para la viticultura disminuirá entre el 25 % y el 73 % en las regiones productoras de vino más importantes, que son las de clima mediterráneo. Al mismo tiempo, nuevas áreas donde tradicionalmente no existía aptitud para la viticultura por estar a altas latitudes, como es el caso de algunas zonas del oeste de Norteamérica y norte de Europa, serán cada vez más adecuadas y buscadas por los productores de vino.
El establecimiento de viñedos en las elevaciones más altas puede conducir a la eliminación y la degradación de la vegetación natural, que tienen efectos a largo plazo sobre la calidad del hábitat para las especies nativas. El oeste de Norteamérica, sobre todo en las Montañas Rocosas, cerca de la frontera entre Canadá y Estados Unidos y hogar de los osos pardos, el lobo gris y el antílope, fue identificado en el estudio como una de las áreas donde la aptitud vitivinícola podría aumentar y donde el impacto sobre la vida silvestre sería severo.
Referencia bibliográfica:
Lee Hannah, Patrick R. Roehrdanz, Makihiko Ikegami, Anderson V. Shepard, M. Rebecca Shaw, Gary Tabor, Lu Zhi, Pablo A. Marquet, and Robert J. Hijmans. Climate change, wine and conservation. PNAS. doi: 10.1073/pnas.1210127110
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.