La tecnología, que incluye diagnóstico por imagen e inteligencia artificial, clasifica la calidad de los embriones con más rapidez y el doble de precisión que los expertos humanos que usaban microscopía tradicional. La herramienta, bautizada como METAPHOR y probada en ratones, pretende aumentar la probabilidad de éxito en procesos de fecundación artificial.
La edad media de las pacientes que recurre a técnicas de fecundación in vitro ha aumentado cuatro años en dos décadas y ya se sitúa en los 39, según el informe de Salud de la Mujer Dexeus que se ha presentado esta mañana en Barcelona. Más de la mitad de estas mujeres son madres primerizas después de los 40 años y el 30% de ellas requiere de técnicas de diagnóstico genético implantacional para descartar enfermedades.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Málaga (UMA), en colaboración con el Instituto de Infertilidad Clínicas Rincón, ha descubierto una fuerte asociación genética entre este neurotransmisor y la aparición de abortos tempranos en procesos de fecundación in vitro. Este trabajo se centra en mujeres receptoras de óvulos, ya que, a pesar de que el óvulo es externo, se ha demostrado que la genética de la madre tiene mucha importancia en el embarazo.