La ansiedad, la impulsividad y el consumo de alcohol son capaces de predecir el desarrollo de la dependencia al teléfono móvil, que ya se puede considerar una adicción para el 5% de la población española. Así lo refleja un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid y que también concluye que la depresión suele convivir con el abuso de este dispositivo.
Una investigación de la UNED indica que la conducta excesiva-repetitiva tiene que ver más con la hiperactividad que con la impulsividad. A diferencia de lo que se creía hasta ahora, los resultados indican que los comportamientos impulsivos no están necesariamente relacionados con una conducta excesiva-repetitiva. El estudio ha sido llevado a cabo con ratas.
Investigadores de la Universidad de Murcia han estudiado los cambios en el cerebro que se asocian con la impulsividad, un rasgo de la personalidad que provoca dificultades para inhibir la respuesta ante un estímulo y predispone a reacciones no planeadas sin tener en cuenta sus consecuencias negativas. Estos patrones pueden servir como marcador para anticipar el riesgo de problemas conductuales.
Las personas con un desorden en los circuitos cerebrales de la dopamina tienen problemas para dominar su comportamiento.
La drogodependencia es un tipo de adicción recurrente pero tratable. Sin embargo, no todas las personas drogodependientes evolucionan igual al dejar el consumo de drogas. Un nuevo estudio muestra que, en el caso de la cocaína, una puntuación alta en la llamada ‘Escala de craving’ (ansia o deseo de consumo), una personalidad antisocial y haber consumido heroína son los principales factores para recaer en su consumo.
Un grupo de psicólogas de la Universidad de Almería, liderado por las doctoras Pilar Flores y Flor Zaldívar, acaban de concluir un estudio sobre el consumo de sustancias adictivas en jóvenes universitarios y la manifestación de conductas impulsivas en los mismos, tanto a nivel cognitivo como motor.