Una tarea básica de las células es dividirse. De una célula salen dos, de dos cuatro, y así, los billones de ellas que pueden formar un elefante, o un ratón. Cada división es una operación de extrema precisión. En este contexto, un estudio publicado en la revista Journal of Cell Biology y realizado por investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo revela que las proteínas que controlan los últimos pasos de la división celular son esenciales para que no se produzcan alteraciones genéticas irreversibles.