Un equipo de investigadores españoles y alemanes ha demostrado en ratones que determinados tipos de aprendizaje se almacenan en la corteza motora y no en el hipocampo. El estudio se ha publicado recientemente en la revista Nature Communications.
El grado en que un niño desarrollará sus habilidades en matemáticas después de recibir clases de apoyo depende de la estructura y conectividad de ciertas áreas del cerebro, más allá de los indicadores tradicionales del aprendizaje, según los resultados de un estudio con resonancia magnética funcional.
Una nueva investigación ha realizado un catálogo eléctrico de las poblaciones de neuronas del hipocampo, lo que podría ser útil para acelerar la detección de patologías neurológicas como la epilepsia y el alzhéimer. Hasta ahora, el registro de la actividad cerebral se llevaba a cabo mediante electroencefalogramas.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han comparado los niveles de expresión genética en regiones del cerebro afectadas por la enfermedad de Alzheimer mediante técnicas de inteligencia computacional. De esta forma han analizado la actividad de genes relacionados con el ciclo circadiano del cuerpo y algunos síntomas neurosiquiátricos.
El estrés gestacional da lugar a una ralentización de la tasa de recambio celular con una disminución de los procesos de muerte celular y de la proliferación en el eje hipocampo-hipotálamo-hipófisis. Así lo desmuestra un estudio publicado en 'PLoS ONE' y realizado en colaboración por investigadores del Departamento de Pediatría de la Universidad Autónoma de Madrid, el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, el Instituto Cajal del CSIC y la Universidad Complutense de Madrid.
Investigadores del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” han identificado un mecanismo molecular que, tras ser manipulado, aumentó en ratas de laboratorio la capacidad de aprender y retener información espacial. Los autores afirman que estímulos del exterior pueden provocar que algunas sinapsis se potencien, mientras otras se debilitan.
Un estudio, liderado por científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, demuestra cómo ciertas mutaciones en la proteína Tau aceleran la degeneración de una zona concreta del hipocampo y conlleva un aumento en la conducta depresiva de ratones. La especial sensibilidad a la expresión de esta proteína de algunas regiones del cerebro debe ser tenido en cuenta para la prevención y tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas.
La administración del factor de crecimiento tipo insulina IGF-II mejora la retención de la memoria y previene el olvido en ratas. La investigación, que se publica hoy en la revista Nature, revela que este hallazgo podría representar una nueva vía para tratar enfermedades como el Alzheimer o la demencia.
La temprana activación de la astroglía es uno de los eventos que predispone a las neuronas para la generación de un ataque epiléptico. En la imagen, astrocitos del hipocampo de una rata.
Los receptores Alfa 4-Beta-Delta GABAA interfieren en las señales que van hipocampo, comprometiendo la plasticidad sináptica y el aprendizaje.