Un nuevo estudio de investigadores de España y EE UU sugiere que el fósil de Girona podría ser el resto óseo más antiguo en Europa atribuido a un humano anatómicamente moderno. La hipótesis tendrá que confirmarse con estudios genéticos.
Un equipo científico interdisciplinario, coordinado por investigadores de la Universidad de Barcelona, ha descubierto los restos de una mandíbula y un húmero de un niño neandertal (Homo neanderthalensis) en la cueva del Gegant de Sitges (Barcelona). El análisis de los fósiles confirma que son los primeros huesos de neandertal encontrados en Cataluña en una excavación actual. Estos restos corresponden a un individuo que vivió hace 55.000 años.
El fósil de un depredador marino de 8,6 metros de largo de hace 244 millones de años, denominado Thalattoarchon saurophagis y descubierto en 2010 en lo que actualmente es el desierto de Nevada (EE UU), proporciona información detallada sobre el origen de las modernas estructuras de los ecosistemas marinos.
Nuevos fósiles descubiertos al este del lago Turkana (Kenia) confirman la existencia de al menos dos especies adicionales del género Homo que habrían convivido con nuestros antepasados humanos directos, Homo erectus, hace casi dos millones de años. Los hallazgos aportan las primeras respuestas al largo debate que se inició con el cráneo encontrado en la misma zona hace ahora 40 años sobre la diversidad humana en el Pleistoceno.
Restos fósiles de las tortugas hallados en Alemania.
El verano pasado, un colgante encontrado en el yacimiento de Irikaitz en Zestoa (Gipuzkoa) dio mucho que hablar: podría tener 25.000 años, el más antiguo encontrado en unas excavaciones de la Península Ibérica al aire libre. Esta piedra tiene nueve centímetros de largo y un agujero para colgarla del cuello, aunque parece que, más que como adorno, se utilizaba para afilar herramientas. El descubrimiento tuvo una gran repercusión, pero no es, ni por asomo, lo único encontrado aquí últimamente por el equipo dirigido por Álvaro Arrizabalaga: “Casi todos los años aparece alguna pieza arqueológica de gran calidad. A veces, incluso unas 8 o 10. Es un lugar muy fructífero”.
El hallazgo de un fósil de embrión de pez placodermo el año pasado ha permitido a los investigadores australianos demostrar ahora que la fertilización interna como estrategia reproductiva es mucho más antigua y estaba mucho más extendida entre los primeros peces dotados de mandíbulas hace entre 420 y 350 millones de años. El trabajo, que se publica esta semana en Nature, confirma, además, que más de una especie de pez tenía órganos reproductores como los tiburones de la actualidad.