La presencia de especies exóticas en los ríos no altera la capacidad de respuesta de los peces nativos ante la contaminación ambiental.
En España, donde todas las culturas ibéricas han crecido a orillas de algún río, es urgente salvar lo poco que queda de bueno en las cuencas, castigadas durante décadas por la contaminación, las especies invasoras y las alteraciones hidrográficas. Nuevas figuras como las reservas naturales fluviales surgen para luchar por la preservación de los escasos ríos vírgenes que aún resisten.
La salinización de los ríos es un problema global en países de todo el mundo y genera un gran coste medioambiental y económico, además de suponer un riesgo elevado para la salud global. El cambio climático y el consumo creciente de agua podrían agravar todavía más el panorama futuro, según una investigación internacional liderada por la Universidad de Barcelona.