Aunque ahora en verano nos acordamos más de estos insectos por su molesta presencia, en muchas partes del planeta causan graves problemas de salud e incluso la muerte. Esto se debe a que algunas especies son portadoras de enfermedades como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla, entre otras. Un equipo de científicos ha creado un cuadro de mandos global para seguirles la pista.
El virus del zika es una emergencia internacional de salud pública y el mosquito que lo transporta coloniza cada vez más territorios. Este pequeño viajero, que tiene sus mejores aliados en los desplazamientos humanos y el cambio climático, lleva siglos especializándose en picar a nuestra especie. Brasil ha puesto en marcha al ejército contra él. Los científicos buscan soluciones más sofisticadas, como liberar ejemplares estériles, infectarlos con bacterias o manipularlos genéticamente.
Desde 2006 se han puesto en marcha grandes campañas de masivas de prevención en África para frenar la fiebre amarilla. Ahora el Imperial College de Londres y la OMS estiman que estas acciones han evitado nuevos brotes y han hecho disminuir la carga de esta patología.
Un estudio de la Universidad de Zaragoza ha demostrado el alto nivel de eficacia de las microcápsulas poliméricas Inesfly contra el mosquito tigre asiático (Aedes albopictus), transmisor del Dengue y el Chikungunya.
Una investigación internacional ha identificado tres clases de moléculas aromáticas que impedirían a los mosquitos detectar a las víctimas de sus picaduras, al bloquear sus receptores de CO2. El hallazgo podría servir para controlar la propagación de dolencias como la malaria, el dengue o la fiebre amarilla, transmitidas por estos insectos.