Los microplásticos han aparecido en océanos, ríos y en el sistema digestivo de algunos animales del Ártico, pero nunca antes se habían observado en un ecosistema de agua dulce de esa zona del mundo. La mayoría de los compuestos encontrados en el lago eran fibras de poliéster.
Un equipo científico con participación española ha identificado el origen de la supercontracción, un fenómeno característico de la seda de araña, cuya transferencia a fibras artificiales abrirá gran número de aplicaciones en campos como la biomedicina o la ingeniería de materiales.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Girona han utilizado las fibras que se recogen tras podar los naranjos para fabricar unas placas aislantes del ruido. El resultado mejora el aislamiento acústico hasta en un 150% respecto a otros materiales convencionales.
Investigadores de la UPM han demostrado que las fibras de hilo víscido de araña tienen la propiedad de recuperar completamente sus propiedades después de haber sido deformadas.