Un estudio de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) concluye que el empleo de fertilizantes orgánicos, como los purines digeridos en los suelos agrícolas mediterráneos reduce las emisiones de CO2 y CH4. Los resultados, que se publican en la revista Plant and Soil, apuntan además que tanto el consumo de CH4 como la respiración de CO2 se ven inhibidos a bajas temperaturas.